domingo, 13 de noviembre de 2016

Sres. Periodistas por favor sean curiosos así podrán entender porqué el #NoAlVotoElectrónico

Hay un elefante ahí. Frente a sus ojos. Está pasando, mueve la trompa, cada pisada se escucha y se siente fuerte. Pero pocos lo ven pasar, les parece parte del paisaje, algo poco llamativo o de poco  interés.
Un señor de traje se acerca y le dice: ¿ve ese animal gigante gris? Es un pato. Al principio dudan, no ven pico de pato ni cola de pato, y el tamaño no parece similar al de un pato. El hombre de traje insiste: es un pato, y es la solución a todos nuestros problemas. Sin más, se asume por cierto esto, más allá de algunas voces a lo lejos que desesperadamente gritan, insisten e imploran de que entiendan que hay un elefante frente a sus ojos.
El hombre de traje gana. Tiene autoridad, tiene medios y recursos.
Los periodistas afirman o aceptan frases como: “No es una computadora, es una impresora”, “Voto electrónico y boleta electrónica parecen lo mismo pero no lo son.”.

Empecemos
El acto electoral es el momento más crítico del rumbo de un país. Cuando hablamos de cambiar el sistema de votación estamos hablando de determinar como se votan a los candidatos. A los futuros dirigentes políticos del país.

Si nos paramos desde la perspectiva de una discusión política en la batalla dialéctica del arte de lo posible, todo vale. La subjetividad, las opiniones, los sentimientos floran y se aceptan frases como “nadie puede estar en contra de incorporar tecnología”, “nadie puede estar en contra de la modernización”. Pero el debate no es político solamente sino técnico. Y con fundamentos sólidos desde la perspectiva social hasta la exactitud matemática.

La idea de votar utilizando tecnología que busca impartir la reforma electoral tiene la finalidad de poner un intermediario electrónico (o informático) en el momento de generar el voto (o si la dialéctica política busca refutarlo, el momento de seleccionar el candidato y emitir algún tipo de boleta).
Esto implica que hay un intermediario (una computadora -desde la dialéctica política pantalla, maquina, televisor chiquito, etc-) entre la voluntad del elector y la urna con su posterior recuento.

El problema subyace principalmente en que este intermediario (oscuro por naturaleza) no permite que cualquier ciudadano pueda auditarlo (quitando participación ciudadana en la elección) dado que la complejidad es tal que es imposible saber que hace y que deja de hacer. Es aquí donde está el riesgo principal: lo que puede hacer. Y lo que puede hacer como cualquier sistema informático (que lo es técnicamente por la definición de John von Neumann) es almacenar o transmitir la información que obtiene, de esta forma permitir vulnerar el secreto del voto (garantía constitucional explicitada en el art. 37 de la Constitución Nacional Argentina). Incluso una impresora es una computadora, lo sabe cualquier persona que estudio informática.

El Voto Electrónico es eso, la utilización de tecnología (electrónico o informática) en la votación. Es indistinto si el sistema es de registro directo o indirecto (DRE -Direct Recording Electronic Voting Machines-, IRE -Recording Electronic Voting Machines-), no deja de tener el problema previamente planteado.
No. Ni la Argentina, ni sus legisladores, ni su industria realizó un invento innovador. Simplemente la rueda ahora es de color rojo en vez de negra.
Hay más de 40 años en el mundo de historia sobre los sistemas de voto electrónico, y es algo estudiado por expertos los cuales manifestaron claramente que ningún tipo de solución actual es factible (teorema de Hosp y Vora).

No es una discusión de colores políticos. El sistema de voto electrónico se implementó en Salta y en CABA con colores políticos opuestos. El único color que se logra ver es el de grandes gastos por parte del estado en algo que lo único que trae son más riesgos e inseguridades.

En un hecho histórico representantes de departamentos de computación de grandes universidades nacionales han realizado una conferencia de prensa explicando porque la el voto electrónico no es viable y los riesgos que genera.

El elefante sigue siendo elefante por más que les digan que es un pato.
Es momento que escuchen esas voces a lo lejos, tienen una gran historia que contar.
Es momento que pregunten y repregunten, que investiguen y que sean curiosos.
No se dejen engañar ni permitan que los utilicen para eso.
Uds. Sres. Periodistas tienen un gran poder y una gran responsabilidad, la verdad está ahí enfrente de Uds.: Por favor vean el elefante.

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